Un título por obligación

Me divierte pensar que no conocemos todo lo que hay detrás de una obra.
A menudo,cuando escribo,podríamos distinguir dos partes en la creación: la que es por amor al arte y la que es con un trasfondo detrás.

Mentiría si dijera que siempre escribo para contar algo.

Lo mismo que un pianista improvisa,yo improviso.
El pianista se divierte,se concentra,disfruta.Yo también.
Pero también quiero transmitir algo,donde cada palabra está ahí porque es necesario.

Me divierte pensar que la mitad de lo que escribo nunca sale a la luz,fíjate si soy egoísta.Aunque si es por egoísmo,las que ni siquiera escribo porque prefiero que mi mente encierre; y si las olvido,mejor.

Puede,puede que en un futuro no muy lejano las vuelva a crear y sienta esa misma sensación de euforia cuando los personajes viven y me atemorizan.

Me divierte pensar que lo mismo no leeré esas obras originales de libros, de obras de teatro, de música.Me divierte pensar que todos tenemos algo en común,y es que creamos algo de la nada.

Qué más da si se escucha, leen o se queman,nada de eso importa si al acabar esbozas una sonrisa ante tu creación.