Noche de sinceridad

Venía hablando con mi amigo Alberto de cómo se presenta la vida,de los talentos de las personas y cómo algunos los utilizan y otros por el contrario los desperdician.

Le contaba que aunque tenía ya entradas listas para publicarse,no a todas les ponía el esmero necesario,no todas se escribieron por un motivo en concreto y no todas se publicarían.

Hay sensaciones que no deberían perderse,como el tacto con el papel,el placer de leer algo escrito del puño y letra de otra persona,y en definitiva,ver sus sentimientos plasmados en él.No sólo las palabras hablan,lo hacen los espacios,la distribución,la rapidez notable con que se escribió o por el contrario el más lento de los escritos.

Y es que en definitiva,cuando alguien te regala sus palabras,te está regalando un trozo de su corazón.Puedes hacer con él lo que te de la gana,pero nunca volverás a tener algo parecido,porque desde que se coloca el punto y final a un relato y se lo regalas a alguien, ello os unirá para el resto de vuestras vidas.

Por eso,elegid bien qué escribís,pero más aún con quién lo compartes.