O quizás,no lo quise ver.
Esas frías mañanas de invierno,
donde la calidez es fruto de un abrazo,
de una caricia,un beso fugaz.
Y del tiempo,hablando de él como si se pudiese contar.
Más bien lo sentimos,nos damos cuenta de que sucede,
pero nunca, cuando acaba.
Nunca me dí cuenta,o quizás,no lo quise ver.
Que una fría mañana de invierno,mis manos,frías,
no buscaron compañía,ninguna,ni siquiera, en las tuyas.
Y eso,es lo que más me entristece.