En un mundo disperso...
-A veces,no te entiendo.
-Joder,¿y me lo dices a mí?
-¿A quién si no? Pues al otro.
-¿Qué otro?
-El que está a tu derecha.
-Yo no veo a nadie.
-Entonces tienes un problema.
Volviendo a la realidad...
¿Con quién hablas?
-Con nadie,cosas mías.
Y esta es la historia de aquél poeta que se metió tanto en su personaje,
interpretó tan bien su papel en su vida,que al terminar de escribir,se dió cuenta
que ya no era él.Se había convertido en aquél a quien interpretaba.
Pero el principal problema es que aquellos personajes,eran sus sentimientos,
separados,uno del otro,y eso,le preocupaba.