Los sueños de la realidad


Subí las escaleras con el mismo ímpetu que quien lava los platos.
Me llevé el móvil.Esperaba algo,una llamada,un mensaje,algo.
Algo que me haga sonreír.

Me senté sobre la cama,me quité los zapatos y me cubrí con las mantas.
Acostado,mirando el techo,pensaba.
Dame un motivo.

Una hora después me levanté bajo la atenta mirada de Zink.
Una mirada triste con una agonía indescriptible.
-Zink,no tienes porqué estar triste...
-No te creo.
-Yo tampoco Zink…
-No me des falsas esperanzas…
-No te las daré.

De repente,la alarma de mi reloj sonó,recordándome que era hora de comer.
-Zink,luego hablamos.